Un concepto muy interesante que se mencionó en el Congreso Estatal de Empresas Saludables del pasado mes de mayo, fue el de bienestar financiero de los empleados. Varias empresas reconocieron que la implantación de iniciativas en este campo habían impactado positivamente en la satisfacción y el compromiso de sus equipos.
¿Qué es el bienestar financiero?
El bienestar financiero se define como el estado en el cual una persona puede satisfacer plenamente sus obligaciones financieras en curso, sentirse segura de su futuro y tomar decisiones que le permitan disfrutar la vida.
Es decir, el bienestar financiero corresponde a cómo la situación financiera y las decisiones monetarias de la persona, le proporcionan seguridad y libertad en su vida diaria. Y en ese contexto, le permite afrontar con mayor facilidad los problemas económicos que puedan presentarse, tener mayor libertad a la hora de tomar decisiones y aumentar su sentido de satisfacción y tranquilidad con su propia vida.
¿Cuáles son los pasos para mejorar nuestro bienestar financiero?
Para Xavier Puig, profesor de Economía y Empresa de la Universitat Pompeu Fabra Barcelona School of Management, es importante seguir cuatro pasos para intentar que las decisiones que tomemos sean seguras y nos permitan vivir tranquilos.
- Fijar un objetivo personal: comprar una casa, hacer un viaje, estudiar un máster, etc.
- Tener un control de ingresos y gastos. La mejor forma de hacerlo es a través de un presupuesto mensual que nos permita planificar a principio de mes y revisar las desviaciones a final del mismo.
- Minimizar la incertidumbre. Esto se puede conseguir de diferentes formas:
- Disponiendo de una bolsa de ahorros para imprevistos.
- Contratando seguros
- Evitando endeudamientos que estén por encima de nuestras posibilidades
- Rentabilizar nuestros ahorros a través de inversiones.
¿Cómo se puede mejorar el bienestar financiero de los empleados desde la empresa?
- Charlas formativas sobre finanzas personales.
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Asesoramiento personalizado ante la toma de decisiones importantes: una hipoteca, un préstamo, un plan de ahorro, un plan de pensiones, etc.
Este asesoramiento se puede realizar aprovechando departamentos internos que ya tienen estos conocimientos o, al menos, más facilidad para entenderlos. En empresas más pequeñas, se puede establecer un acuerdo con la asesoría para que den soporte puntual a los empleados. - ¡Pregúntale a tu equipo! Como siempre, la mejor opción es preguntarles qué necesitan y tratar de buscar la forma que mejor se adapte a sus necesidades.