Hay diversos factores que contribuyen a que un país sea saludable.
Generalmente, los países más saludables son los desarrollados, con tasas de contaminación más bajas, acceso a una atención médica de calidad y agua potable limpia.
Por otro lado, los países menos saludables se caracterizan por no tener acceso al agua potable o a una buena atención médica. En ellos, las enfermedades están poco controladas, la contaminación suele ser alta, la esperanza de vida es más corta y la tasa de mortalidad infantil es mayor.
El índice de salud global de Bloomberg tiene en cuenta todos estos factores y otros para clasificar a 169 de las economías del mundo. Algunos datos que también se analizan son: el índice de fumadores, la población con hipertensión arterial y obesidad, la esperanza de vida o la desnutrición. Todos estos datos se ponderan y cada país recibe una calificación con un máximo posible de 100 puntos.
Según el último informe, España tiene la población más saludable del mundo con una puntuación de 92,75 y una esperanza de vida de 83,5 años. De hecho, se prevé que aumente a 85,8 en 2040, convirtiéndose en la más alta del mundo, por encima de Japón.
España tiene el mayor porcentaje de caminantes con cerca del 40% de la población haciéndolo de forma habitual y siguiendo una dieta mediterránea cargada de grasas saludables, verduras o legumbres y que es más baja en alimentos procesados y carnes rojas. Además, la Sanidad en España también aprueba con notable, pudiendo reducir la tasa de muertes evitables a 45,4 por cada 100.000 habitantes.
Según este informe, los 10 países más saludables por población son:
- España - 92.75
- Italia - 91.59
- Islandia - 91.44
- Japón - 91,38
- Suiza - 90.93
- Suecia - 90.24
- Australia - 89.75
- Singapur - 89.29
- Noruega - 89.09
- Israel - 88.15
Si trasladamos este ranking a las empresas y los espacios de trabajo, está claro que países como Suecia o Dinamarca tienen una cultura de salud & bienestar más avanzada para sus empleados. Sin embargo, España está avanzando rápido en este campo y la pandemia nos está sirviendo como catalizador, evidenciando la necesidad de promover la salud física y mental de los equipos independientemente de que estén trabajando en oficinas, fábricas o desde casa.