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Entrevista de Diciembre: Andrés Pascual - Director Programa Chief Happiness Officer - UNIR

Escrito por Inés López Alemán en
Entrevista de Diciembre: Andrés Pascual - Director Programa Chief Happiness Officer - UNIR
Andrés Pascual es escritor, conferenciante y director del Programa Executive Chief Happiness Officer de UNIR sobre bienestar corporativo. Ha recorrido 60 países buscando inspiración para sus libros, que atesoran cientos de miles de lectores en nueve idiomas y los más importantes reconocimientos, como el Premio Espasa Alfonso X El Sabio o el Premio Urano de Crecimiento Personal y Salud Natural. Su última obra es "Líder del bienestar, 10 habilidades para lograr una empresa feliz y productiva".

¿Quién es “Andrés Pascual” y cómo llega a crear el “Programa Executive Chief Happiness Officer” en UNIR?

En cuanto a quién soy yo, ¡confío que podáis decírmelo vosotros cuando termine esta entrevista! Como tantas personas en este mundo, me considero un ser humano que se esfuerza por ser humano, siempre en búsqueda de nuevas vías para convertirme en alguien un poco más completo que ayer.

Y, en cuanto al programa, nació el día en el que me formulé esta pregunta: ¿Cómo es posible que no nos hayamos dado cuenta de que no es el éxito el que conduce a la felicidad, sino que es la felicidad la que conduce al éxito, personal y corporativo? Para brillar por fuera, primero hemos de brillar por dentro.

Se lo propuse a UNIR porque es una universidad que se caracteriza por su capacidad de innovación, por dar ese paso más allá que marca la diferencia. Desde el primer día apostaron de forma incondicional, al igual que se subieron al barco los veinte expertos que me acompañan e imparten sesiones o dinámicas en las que comparten su día a día en empresas referentes en felicidad.

Músico, abogado, escritor, mentor, conferenciante, director de un programa ejecutivo para Felicidad en el Trabajo… Sin pensártelo mucho, ¿cuál es tu mayor aprendizaje durante este camino?

Que lo importante es el camino. El que yo he recorrido y cualquier otro. En la vida, una vez que nos hemos forjado un propósito firme, hemos de concentrarnos en cada paso. Es ahí donde radica la felicidad y también la excelencia, personal y empresarial.

Dejaste de ejercer como abogado para sentarte a escribir y dar conferencias. El propósito, ¿se encuentra o te encuentra?

Muchas veces basta con tener el coraje de mirar hacia dentro y estar dispuesto a entregarte a esos propósitos. En mi caso, la magia de la escritura me la transmitió mi abuelo Andrés, que fue el autor de unos libros de ortografía llamados “Mis dictados” que se estuvieron utilizando en los colegios de España durante décadas.

Pero mi salto desde la abogacía no fue radical, sino gradual, y como todo proceso vital me pidió cosas a cambio. Mi otro abuelo era abogado y yo, que lo adoraba, seguí su camino. Pero tras dos décadas de ejercicio decidí que había llegado el momento de colgar la toga y dedicarme en exclusiva a lo que realmente amaba, que era escribir y compartir lo que sentía, lo que viajaba, lo que aprendía, lo que sentía. Esto suponía abandonar una cartera de clientes que me había costado años conseguir y renunciar a unos ingresos mensuales que me permitían llevar una vida muy cómoda, así que mi hemisferio izquierdo, ese que se ocupa de protegernos frente a las amenazas, puso el grito en el cielo. Pero, por fortuna, salió al paso mi hemisferio derecho y me dijo: No te preocupes, Andrés, tú estás entusiasmado con la idea de ser escritor, y el entusiasmo es el combustible de los sueños.

La búsqueda de talento supone un reto cada vez más arduo para las empresas. ¿Qué estrategia crees que deben seguir las organizaciones a la hora de seleccionar a las personas que se suman a su proyecto?

Las empresas han de darse cuenta de que no se contrata a las personas solo el día que se firma el contrato; se las sigue contratando cada día, demostrándoles que son parte fundamental de ese proyecto para que continúen llegando a trabajar con la misma ilusión que el primer día.

Y una buena forma de contratar es apostar por la felicidad organizacional, ya que mejora sus vidas a todo nivel, no solo en lo laboral sino también en lo personal. El trabajo no es un compartimento estanco. Si nos encontramos bien físicamente, con estabilidad emocional y con un propósito que nos inspira, el beneficio es enorme, porque ese nuevo estado de plenitud ilumina cada momento de nuestra existencia. Según indican muchas empresas que implantan estas medidas, el primer año participan alrededor del 50 % de los empleados; en el segundo se aprecia una mejora significativa en sus comportamientos, con incremento de la creatividad, productividad, caída de la rotación y las bajas… Y progresivamente se obtiene un retorno de la inversión muy positivo por cada euro invertido en el bienestar. Pero lo mejor de todo es que, para entonces, los comités de dirección valoran tan profundamente la nueva cultura que el cálculo del ROI pasa a un segundo plano.

Una de las cosas que nos llama la atención de ti es ese entusiasmo que has comentado. Por desgracia, es bastante frecuente encontrar personas desmotivadas dentro y fuera de las empresas. ¿Cómo se genera el entusiasmo en uno mismo y en los demás?

Existen dinámicas para potenciar el entusiasmo que comparto en mis charlas, pero lo primero de todo es darnos cuenta de que el entusiasmo no proviene de lo que haces, sino de tu ser más profundo. Eres tú el que convierte una acción en ilusionante. Seguro que has oído hablar de aquel encargado de la limpieza de la NASA que, en una visita de Kennedy a las instalaciones, se aferró a su escoba con orgullo y le dijo al presidente: estoy ayudando a poner un hombre en la Luna.

El objetivo es lograr este estado de conciencia —que el filósofo EckhartTolle denomina acción despierta—, y ser capaces de mantenerlo incluso mientras realizamos las acciones más rutinarias. Si no puedes actuar desde el entusiasmo, baja conscientemente un escalón y hazlo desde el disfrute. Disfrutar supone desplegar una energía tan brillante como el entusiasmo, aun cuando tu acción carezca de un propósito superior. Es sacarle el jugo a la vida, mirarla como si fuera la primera vez y considerarla una vía de crecimiento, lo cual no puede ser más motivador. Y cuando te toque hacer alguna de esas acciones que son necesarias pero no te aportan nada de nada, como cambiar una rueda pinchada, baja de forma igualmente consciente otro escalón y actúa desde la aceptación tranquila.

Una de tus pasiones es viajar y, de hecho, se dice que has recorrido muchísimos países en 4 continentes. ¿Consideras que la geografía y la cultura influyen en mayor medida en la felicidad y el bienestar?

Sí que he tenido la fortuna de recorrer unos sesenta países. Al principio lo hacía para escapar de mi día a día en el despacho; después, esos viajes geográficos se convirtieron en un viaje interior que a su vez culminó en viajes literarios. Y puedo decirte que, en términos de felicidad y bienestar, aun cuando cada región del planeta tiene sus necesidades dependiendo de cuestiones mayores como el clima, en todos los rincones del planeta funciona la misma máxima: la felicidad se consigue prestando más atención al aquí, al ahora y a los demás.

Si tuvieses que dar tres sencillos consejos a empresas que quieren modificar su política de gestión de personas poniendo el foco en el Bienestar y Felicidad de sus empleados, ¿cuáles serían?

Escucha, escucha y escucha. A partir de la escucha constante, se debe diseñar una estrategia que se adecúe a las circunstancias concretas de la empresa. Después hay que seguir escuchando para corregir en tiempo real cuanto sea necesario. Y, al culminar la acción, volver a escuchar a través del feedback.

En cuanto a las iniciativas concretas a aplicar, dependiendo de las necesidades más acuciantes y del momento cultural de la empresa, habrá que activar unas u otras. Lo importante es hacerlo dentro de un plan equilibrado y progresivo que tenga presentes las tres dimensiones del bienestar: físico, emocional y social. Cuando se gestó el programa Chief Happiness Officer de Unir, diseñamos un método estructurado en dos tríadas: la primera con esas tres dimensiones; y la segunda con tres niveles de impacto de las acciones, en la persona, el equipo y la organización.

¿Qué consideras que distingue a un “Líder de Bienestar”?

A partir de la experiencia atesorada a lo largo de estos años, tanto en el programa como en el contacto con las personas con las que interactúo en las conferencias y talleres, en mi último libro –“Líder del bienestar”– recogí las 10 habilidades en las que ha de formarse no solo un Chief Happiness Officer, sino todo directivo o manager del cualquier nivel que tenga a otras personas a su cargo. Por ejemplo: promover el autoconocimiento y el aprendizaje continuo, fomentar un propósito y unos valores firmes, ejercer de entrenador personal desde la confianza y el reconocimiento, facilitar la implantación de hábitos saludables o favorecer la tolerancia a la incertidumbre y al cambio, etc.

De todos los libros que tienes publicados, ¿cuál recomendarías para una primera lectura? ¿Por qué?

Pensando en el posible perfil de los lectores de esta entrevista, el primero que me viene a la cabeza es “Líder del bienestar: 10 habilidades para lograr una empresa feliz y productiva”. Pero, viendo los tiempos que vivimos, a cualquier persona le invitaría a leer “Incertidumbre positiva: cómo convertir la inseguridad, el caos y el cambio en una vía al éxito”.

Hemos de tomar conciencia de que la frenética rueda de caos que nos azota últimamente (pandemias, volcanes, guerras) es natural a nuestra existencia. Lo importante es conocer las vías para vivir con ello sin que nos limite ni bloquee. Y también hemos de saber que nada es permanente, ni tan siquiera el fracaso.

De hecho, el cambio constante (del cual surge esa palabra, incertidumbre, que muchas veces nos asusta tanto) es positivo para nuestra prosperidad, ya que nos provee de dos cosas que necesitamos como individuos y como empresa: constantes nuevas opciones de prosperidad y libertad para escoger las que son más adecuadas para nosotros. Podría decirse que incertidumbre es incapacidad para predecir tu futuro, mientras que Incertidumbre Positiva es la capacidad para crear tu futuro. Vivir en la incertidumbre es ver pasar el tiempo esclavizados por el miedo a una palabra. Es sufrir, bloquearse, no actuar, no evolucionar y, por lo tanto, extinguirse. Es no tener nada. Vivir en la Incertidumbre Positiva es eliminar el miedo y abrazar la inseguridad, el caos y el cambio para fluir en ellos y con ellos. Es escoger tu opción con libertad, calma y atención plena, actuar, crear, confiar, disfrutar y prosperar. Es tenerlo todo.

Y para terminar, ¿cómo consigue Andrés generar bienestar en su entorno en el día a día?

Esforzándome, ante todo, por ser buena persona.

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